Empieza el trabajo, y un hormigueo en el estómago por el deseo de verlo terminado como tú te lo imaginas, estos trabajos suelen llevar la firma de mi marido. Pero cada día que pasa me planteo la posibilidad de hacer un curso de restauración que es un mundo que me apasiona.
Las desmontó para extraerlas los cientos de clavos que tenían, porque hay personas que no arreglan muebles si no que los agreden.
Mi marido dice que le meto en cada berenjenal, pero en el fondo le gusta aunque gruña un poco.
Ya estan acabadas se han quedado preciosas, estoy muy contenta con el resultado y muy orgullosa porque mi marido es un profesional de los pies a la cabeza, no he conocido nunca un trabajo suyo inacabado o mal hecho.
Que bonita, y sigue haciendo las fotos paso a paso que son muy buenas.
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